jueves, 22 de mayo de 2014

escapulario


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Carta de presentación de la Regla de la Orden Franciscana Seglar por los Ministros Generales Franciscanos

A los hermanos y hermanas de la Orden Franciscana Seglar, con ocasión de la entrega de su Regla, aprobada por la Santa Sede.

Sentimos el gozo de comunicaros que la Santa Sede, con el Breve Apostólico «Seraphicus Patriarcha», del 24 de Junio de 1978, ha aprobado, «bajo el anillo del Pescador», la Regla renovada de la Orden Franciscana Seglar, que abroga y sustituye la Regla precedente, del Papa León XIII.

Es un espléndido regalo que debemos a Su Santidad el Papa Pablo VI, otorgado poco antes de abandonar esta tierra. Pablo VI os amaba. Efectivamente, en reiteradas ocasiones había manifestado su amor a la Orden Franciscana Seglar, y os había dedicado palabras inolvidables, como en el mes de junio de 1968, y en 1971, con ocasión del 750 aniversario del «Memoriale Propositi».

El camino recorrido desde el 7 de marzo de 1966, es decir, desde cuando la Sagrada Congregación para los Religiosos concedió la facultad para iniciar la puesta al día de la legislación de la Orden Franciscana Seglar, ha sido largo y difícil.

regla

Queremos subrayar la labor realizada por los hermanos y por las Fraternidades, ya mediante los Consejos Nacionales, ya mediante las diferentes formas de vida, «way of life», Itinerarios o Idearios, ya finalmente mediante el infatigable trabajo de la Presidencia del Consejo Internacional, desde que fue instituido en 1973.

Esta labor ha sido de capital importancia en la búsqueda de los caminos del Espíritu y muy eficaz para percibir la presencia y la vitalidad del carisma franciscano en el Pueblo de Dios, en nuestros días.

La Regla que hoy os presentamos no es solamente el fruto de estos trabajos. La Iglesia os la entrega como norma y vida.

La prioridad de vuestra atención debe orientarse hacia el contenido evangélico, acogiendo el mensaje franciscano del que es portadora, y la pauta que os brinda para vivir según el Santo Evangelio.

Uno de los quicios de la deseada renovación es el retorno a los orígenes, a la experiencia espiritual de Francisco de Asís y de los hermanos y hermanas de penitencia, que de él recibieron inspiración y guía. Tal propósito se sugiere con la inserción, a modo de prólogo, de la «Carta a los Fieles» (primera redacción), amén de las constantes referencias a la doctrina y al ejemplo de San Francisco.

Otro de los quicios se encuentra en la atención al Espíritu en la lectura e interpretación de los signos de los tiempos.

Apoyados en este doble quicio, debéis poner en práctica la invitación de la Regla a la creatividad y al ejercicio de la corresponsabilidad.

Esta creatividad, en algunos casos, deberá expresarse en forma de Estatutos. En efecto, el número 3 de la Regla afirma como norma general: «La aplicación será hecha por las Constituciones Generales y por los Estatutos particulares».

Nosotros, Ministros Franciscanos, con todos nuestros hermanos, quedamos con el ánimo abierto y dispuesto a prestaros la asistencia necesaria para caminar juntos por los caminos del Señor.

Con estos sentimientos, nos es sumamente grato entregar la Regla renovada de la Orden Franciscana Seglar a la Presidencia del Consejo Internacional OFS, y, mediante ella, a todos los Franciscanos seglares, que deberán recibirla como norma y vida.

Roma, 4 de octubre de 1978.

Fr. Constantino Koser, Min. Gen. OFM
Fr. Vitale Bommarco, Min. Gen. OFMConv
Fr. Pascual Rywalski, Min. Gen. OFMCap
Fr. Rolando Faley, Min. Gen. TOR


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regiones franciscanas de mexico



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Regiones de la o.f.s. México
Integrada por
1
Santo evangelio
Distrito federal estado de México 8 excepto dos diocesesis 9, hidalgo, Morelos ,Oaxaca,  guerrero, Chiapas, y tabasco
2
SS. francisco y Santiago
Colima, Jalisco,  Nayarit, Sinaloa,, y seis fraternidades locales en Durango
3
San pedro san pablo
Guanajuato y Michoacán poniente
4
Nuestra Señora de los Ángeles
Baja california norte baja california sur y una fraternidad en sonora
5
San francisco y santa clara
Arquidiócesis de Tlalnepantla y diócesis de Cuautitlán en el estado de México
6
santa Isabel de Hungría
Nuevo león, Tamaulipas y Coahuila
7
Chihuahua
8
Nuestra señora de Guadalupe  y san juan diego
Yucatán Campeche Y Quintana Roo
9
San Luis rey de Francia
San Luis potosí, aguas calientes 3 fraternidades locales en Jalisco y una en zacatecas
10
v.p.Fr. Antonio Margil de  Jesús
Zacatecas y una fraternidad en Jalisco
11
San pascual bailón
Parte de los estados de Coahuila  y Durango llamada comarca lagunera y zacatecas
12
San Rafael Guizar y valencia
Veracruz
13
Santa Clara
Sonora
14
Nuestra señora de Zapopan  y santos mártires mexicanos
Municipios de   Zapopan y Etzatlan en Jalisco
15
Espíritu Santo
Puebla y Tlaxcala
16
San Antonio de Padua
Parte oriente de Michoacán
17
SS. Juan Pablo II
Santa Anita y  San Agustín  en Jalisco
18
Santa María del pueblito
Querétaro y 3 fraternidades locales en el distrito federal
19
San Francisco de Asís
Poniente de Michoacán
20
Cristo de san Damián
Tamaulipas

 

¿que cree la o.f.s. ?


a todo esto ¿que cree la o.f.s. ?



 la o.f.s convencida de su misión en la iglesia trata de profundizar en las enseñanzas de la santa  madre iglesia reveladas por Jesucristo a la luz de espíritu santo para eso estos dos libros son muy importantes el catecismo de la iglesia católica  en el cual se describe toda la fe de la iglesia de pedro  y el youcat que es una síntesis para los jóvenes youcat quiere decir catecismo de joven

lunes, 12 de mayo de 2014

bibliografia

Nota:








1. Llamada también Fraternidad Seglar Franciscana, o también T.O.F. o Tercera Orden Franciscana.

2. Lumen Gentium 43.

3. Pío XII: Discurso a los Terciarios, I, de 1-VII-1956.

4. Apostolicam Actuositatem 4, m.

5. Canon 702, 1.

6. 1 Cel 18 y 115.

7. Jn 3,16; 14,6.

8. Apostolicam Actuositatem 30, h.

9. Testamento 10.

10. Pablo VI: Discurso a los Terciarios, III, de 19-V-1971.

11. 1 Regla TOF.

12. Lumen Gentium 8; Unitatis Redintegratio 4; Paenitemini, Preámbulo.

13. Presbyterorum Ordinis 18, b.

14. Apostolicam Actuositatem 4, a b c.

15. 2 Cel 198.

16. Lumen Gentium 67; Apostolicam Actuositatem 4.

17. Lumen Gentium 41.

18. Lumen Gentium 42, b.

19. 2CtaF 5.

20. Rom 8, 17; Lumen Gentium 7, 4.

21. Adm 16; 2CtaF 70.

22. Rom 8,29.

23. 2 Cel 85; 2CtaF 26; 1 R 7,13.

24. 1 R 9,3; Mt 25,40.

25. Lumen Gentium 31; Gaudium et Spes 93.

26. Apostolicam Actuositatem 14.

27. Gaudium et Spes 67,2; 1 R 7,4; 2 R 5,1.

28. Regla de León XIII, II, 8.

29. Lumen Gentium 41, e; Apostolicam Actuositatem 30, b c.

30. 1 Cel 80.

31. Regla de León XIII, II, 9; TC 14 y 58.

32. Adm 21; 1 R 7,15.

33. Gaudium et Spes 78,1-2.

34. Canon 687.

35. Canon 697.

36. Pío XII: Discurso a los Terciarios, III, de 1-VII-1956.

37. Canon 694.

38. 1 Regla TOF, 29-30.

39. 1 Cel 22.

40. 1 Regla TOF, 31.

41. Canon 696.

42. Canon 697.

43. 1 Regla TOF, 23.

44. 1 Regla TOF, 30.

45. 2 Regla TOF, cap. XVI.



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Capítulo III: La vida en fraternidad

Capítulo I: La Orden Franciscana Seglar (OFS) (1)

1. Entre las familias espirituales, suscitadas por el Espíritu Santo en la Iglesia (2), la Familia Franciscana comprende a todos aquellos miembros del Pueblo de Dios, laicos, religiosos y sacerdotes, que se sienten llamados al seguimiento de Cristo, tras las huellas de San Francisco de Asís (3).

En maneras y formas diversas, pero en recíproca comunión vital, todos ellos se proponen hacer presente el carisma del común Seráfico Padre, en la vida y en la misión de la Iglesia (4).

2. En el seno de dicha familia, tiene un puesto peculiar la Orden Franciscana Seglar, la cual se configura como una unión orgánica de todas las fraternidades católicas, esparcidas por el mundo entero y abiertas a todo grupo de fieles, en las cuales los hermanos y las hermanas, impulsados por el Espíritu a alcanzar la perfección de la caridad en su estado seglar, se comprometen con la Profesión a vivir el Evangelio a la manera de San Francisco con la ayuda de la presente Regla confirmada por la Iglesia (5).

3. Esta Regla, después del «Memoriale propositi» (1221) y de las Reglas aprobadas por los Sumos Pontífices Nicolás IV y León XIII, acomoda la Orden Franciscana Seglar a las exigencias y a las esperanzas de la santa Iglesia, en las nuevas condiciones de los tiempos. Su interpretación corresponde a la Santa Sede, mas la aplicación será hecha por las Constituciones Generales y por los Estatutos particulares.


Capítulo II: La forma de vida

4. La Regla y la vida de los Franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres (6).

Cristo, don del amor del Padre, es el camino hacia Él, es la verdad en la cual nos introduce el Espíritu Santo, es la vida que Él ha venido a traer abundantemente (7).

Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, pasando del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio (8).

5. Los Franciscanos seglares, pues, busquen la persona viviente y operante de Cristo en los hermanos, en la Sagrada Escritura, en la Iglesia y en las acciones litúrgicas. La fe de San Francisco que dictó estas palabras: «Nada veo corporalmente en este mundo del mismo altísimo Hijo de Dios, sino su santísimo cuerpo y sangre» (9), sea para ellos inspiración y guía de su vida eucarística.

6. Sepultados y resucitados con Cristo en el Bautismo, que los hace miembros vivos de la Iglesia, y a ella más estrechamente vinculados por la Profesión, háganse testigos e instrumentos de su misión entre los hombres, anunciando a Cristo con la vida y con la palabra.

Inspirados en San Francisco y con él llamados a reconstruir la Iglesia, empéñense en vivir en plena comunión con el Papa, los Obispos y los Sacerdotes, en abierto y confiado diálogo de creatividad apostólica (10).

7. Como «hermanos y hermanas de penitencia» (11), en fuerza de su vocación, impulsados por la dinámica del Evangelio, conformen su modo de pensar y de obrar al de Cristo, mediante un radical cambio interior, que el mismo Evangelio denomina con el nombre de «conversión», la cual, debido a la fragilidad humana, debe actualizarse cada día (12).

En este camino de renovación, el Sacramento de la Reconciliación es signo privilegiado de la misericordia del Padre, y fuente de gracia (13).

8. Como Jesucristo fue el verdadero adorador del Padre, del mismo modo los Franciscanos seglares hagan de la oración y de la contemplación el alma del propio ser y del propio obrar (14).

Participen de la vida sacramental de la Iglesia, especialmente de la Eucaristía, y asóciense a la oración litúrgica en alguna de las formas propuestas por la misma Iglesia, reviviendo así los misterios de la vida de Cristo.

9. La Virgen María, humilde sierva del Señor, siempre atenta a su palabra y a todas sus mociones, fue para San Francisco centro de indecible amor, y por él declarada Protectora y Abogada de su familia (15). Los Franciscanos seglares den testimonio de su ardiente amor hacia Ella por la imitación de su disponibilidad incondicional, y en la efusión de una confiada y consciente oración (16).

10. Asociándose a la obediencia redentora de Jesús, que sometió su voluntad a la del Padre, cumplan fielmente las obligaciones propias de la condición de cada uno, en las diversas circunstancias de la vida (17), y sigan a Cristo, pobre y crucificado, confesándolo aun en las dificultades y persecuciones (18).

11. Cristo, confiado en el Padre, aun apreciando atenta y amorosamente las realidades creadas, eligió para Sí y para su Madre una vida pobre y humilde (19); del mismo modo, los Franciscanos seglares han de buscar en el desapego y en el uso, una justa relación con los bienes terrenos, simplificando las propias exigencias materiales; sean consientes, en conformidad con el Evangelio, de ser administradores de los bienes recibidos, en favor de los hijos de Dios.

Así, en el espíritu de las «Bienaventuranzas», esfuércense en purificar el corazón de toda tendencia y deseo de posesión y de dominio, como «peregrinos y forasteros» en el camino hacia la casa del Padre (20).

12. Testigos de los bienes futuros y comprometidos a adquirir, según la vocación que han abrazado, la pureza de corazón, se harán libres, de este modo, para el amor de Dios y de los hermanos (21).

13. De la misma manera que el Padre ve en cada uno de los hombres los rasgos de su Hijo, Primogénito de muchos hermanos (22), los Franciscanos seglares acojan a todos los hombres con ánimo humilde y cortés, como don del Señor (23) e imagen de Cristo.

El sentido de fraternidad les hará felices y dispuestos a identificarse con todos los hombres, especialmente con los más humildes, para los cuales se esforzarán en crear condiciones de vida dignas de criaturas redimidas por Cristo (24).

14. Llamados, juntamente con todos los hombres de buena voluntad, a construir un mundo más fraterno y evangélico para edificar el Reino de Dios, conscientes de que «quien sigue a Cristo, Hombre perfecto, se hace a sí mismo más hombre», cumplan de modo competente sus propios deberes con espíritu cristiano de servicio (25).

15. Estén presentes con el testimonio de su vida humana y también con iniciativas eficaces, tanto individuales como comunitarias, en la promoción de la justicia, particularmente en el ámbito de la vida pública, empañándose en opciones concretas y coherentes con su fe (26).

16. Consideren el trabajo como don de Dios y como participación en la creación, redención y servicio de la comunidad humana (27).

17. Vivan en la propia familia el espíritu franciscano de paz, fidelidad y respeto a la vida, esforzándose en convertirlo en el signo de un mundo ya renovado en Cristo (28).

Los casados particularmente, viviendo la gracia del matrimonio, den testimonio en el mundo del amor de Cristo a su Iglesia. Con una educación cristiana, sencilla y abierta, atentos a la vocación de cada uno, recorran gozosamente con sus hijos su itinerario espiritual y humano (29).

18. Sientan, además, respeto por las otras criaturas, animadas e inanimadas, que «son portadoras de la significación del Altísimo» (30), y procuren con ahínco superar la tentación de explotación con el concepto franciscano de la fraternidad universal.

19. Como portadores de paz y conscientes de que la paz ha de construirse incesantemente, indaguen los caminos de la unidad y de la inteligencia fraterna mediante el diálogo, confiando en la presencia del germen divino que hay en el hombre y en la fuerza transformadora del amor y del perdón (31).

Mensajeros de la perfecta alegría, esfuércense permanentemente en llevar a los demás el gozo y la esperanza (32).

Insertos en la resurrección de Jesucristo, que da su verdadero sentido a la Hermana Muerte, tiendan con serenidad al encuentro definitivo con el Padre (33).


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